Usa mezclilla como un experto.
Este material ha sido parte de los guardarropas de todas las personas desde hace bastante tiempo, y es uno de los ejemplos perfectos de la gentrificación de la moda o de cómo los diseños que fueron hechos para el consumo general del público terminaron siendo prendas utilizadas por todos los estratos de la sociedad.
La historia de la mezclilla es una muy peculiar, muchos las conocen pero existen los que no y por eso la contaremos en este espacio. La mezclilla en sus orígenes fue creada para los trabajadores de las minas, debido a su resistencia y a los remaches que unían las piezas que lo conformaban. Los pantalones de mezclilla eran sinónimo de durabilidad y resistencia que podían aguantar los embates del tiempo, de los accidentes y de los terrenos duros. Gracias a estas mismas cualidades que la volvieron la predilecta de los obreros, mineros y trabajadores de disciplinas extremas, se volvieron esenciales para el resto de las personas, las cuales terminaron adquiriendo prendas hechas de mezclilla para economizar su guardarropa sin gastar constantemente en renovarlo.
Hoy en día dudamos muy seguro de exista alguna persona en el mundo que no tenga un pantalón de mezclilla, los hay de muchísimos colores, diseños, formas y cortes que permiten que uno explore libremente dentro de este mundo sin temor a equivocarse. Su versatilidad la hace una constante en todas las pasarelas del mundo y nunca falta en cualquier temporada del año. Ya sea primavera, verano, otoño o invierno la mezclilla es un común denominador en todos los outfits a través del año completo.
Recomendamos usarla en pantalones, chamarras o camisas y aseguramos que lograrás el atuendo perfecto usando alguno de estos elementos. Y tampoco dudes en usar más de uno ya que combinados también logran una armonía visual adecuada y te ayudarán durante esos días que no sabes que ponerte. Así que recomendamos si o si tener varias prendas de mezclillas en tu guardarropas, no te arrepentirás nunca y terminarás agradeciendo nuestros consejos.
