La ropa regresa a la sastrería.

Durante décadas el hombre de alto poder adquisitivo tiende a tener de mano derecha a su sastre, éste se ha encargado de realizarle trajes a la medida y alguna otra prenda para cualquier ocasión. Sin embargo, con el paso del tiempo, podría pensarse que sólo algunos cuentan con éste maestro de la costura en la actualidad. Qué equivocados estamos.

Con el auge del fast fashion, la moda masculina dejó atrás esa maestría y dedicación en la vestimenta para enfocarse en lo actual, en lo más cercano, en tener más prendas para utilizar en cualquier ocasión, mas esto al largo plazo ha sido dañino para el planeta y desastres humanos como el acontecido en Rana Plaza hace unos años han hecho que éstas nuevas generaciones se preocupen por lo que usan hoy en día.

Buscan comprar piezas que se vuelvan infalibles con el paso de los años, mismas que sean completamente ideales para un mix & match. Pero debido ¿a qué podría ser ésta vuelta a los orígenes más allá de los hechos antes comentados?

El hombre busca ropa que se ajuste a su cuerpo, con la tendencia fit a todo lo que da, los pantalones aún se ciñen a la anatomía, o hay aquellos que tienden a ensancharse, todo depende de la comodidad y deseos del usuario. Bien se anunció hace un tiempo, los skinny han muerto, bienvenida la era de los pantalones anchos.

Y es que de cierta forma, aunque unos u otros estén en este juego circular de la moda, otro de los aspectos que hacen que uno voltee hacia el pasado es ésta necesidad por lo anterior al 2000, lo hemos visto en las diferentes pasarelas de las semanas de la moda. Los diseñadores vuelven cada vez más a las décadas pasadas. Éste año ha sido la década de los setentas la que ha aparecido en el radar y programas como Stranger Things tienen latente en la mente de los jóvenes y jóvenes adultos esa necesidad de la década ochentera y ni qué decir de los 90´s.

Auguramos la época de nuestros padres y éstos vestían de forma sobria y bastante en vanguardia hoy. Pese a éstos cambios más demostrables en la moda democrática, los expertos en lo sartorial en ciudades como Nápoles, Londres y Hong Kong siguen cumpliendo con su oficio y pasando su maestría a generación tras generación. 

Nunca dejaremos de oír de Savile Row, la mítica calle de Londres donde los mejores kingsman se encuentran. Lo italiano nunca pasará de moda, no importa que Karl Lagerfeld se haya ido, siempre tendremos a la hermana Venturini buscando qué más agregar a la moda masculina. 

¿Acaso no es exquisito contar con una prenda limitada y exclusiva?

Esto nos brinda contar con trajes hechos a la medida, y aquí y en cualquier parte del mundo una pieza hecha con gran amor, dedicación y amor por las telas vale mucho, no importa el tiempo que pase y las generaciones que lo usen, ya que lo sartorial nunca muere como bien lo indican las prendas que nuestros padres guardan en el clóset. Cuya estructura sigue siendo duradera y los detalles a mano son una exquisitez.

¡Apoyemos a los sastres para que su maestría no desaparezca!