Las apps de citas no funcionan para encontrar el amor
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El hecho de que el consumidor pueda elegir qué comprar y cómo comprarlo es fantástico.
El mundo de la tecnología ha llegado a solucionarnos varios aspectos de nuestras vidas. Prácticamente todo nos puede llegar a nuestra casa, los servicios de nuestro hogar pueden ser pagados desde nuestro celular y la inteligencia artificial acecha nuestras vidas para resolverlas. Y dentro de todo eso, se encuentran las apps para citas.
No sabemos ni a cual santo rezarle para que nos haga el milagro de encontrarnos una pareja. Nos creemos todos los cuentos de Hollywood y pensamos que éste será nuestro año en el que sin duda, saldremos de las filas de la soltería; pero en realidad no nos damos cuenta que el problema quizás es más profundo que eso. Sin embargo encontramos en las apps de citas una ayuda gigante para filtrar gente en nuestras vidas y salir con personas de vez en cuando.
Los expertos dicen que no funcionan
Y quizás tengan razón, la verdad la gente que se puede aproximar a nosotros gracias a las apps es demasiada, y no todos tienen buenas intenciones, (favor de ver “El Estafador de Tinder” en Netflix si no lo han hecho). El problema puede radicar en las expectativas de la gente y que tipo de encuentro está buscando, el one night stand sin duda está en las posibilidades, pero encontrar el amor de vida, es otra historia completamente.
No somos pacientes
Sin duda la paciencia no es una virtud de esta época, todo lo queremos ahora, ya, de inmediato y en menos de 20 minutos; y si algo toma tiempo y tarda en darse, son las relaciones honestas, profundas y duraderas. Cuántas relaciones no se han ido al traste por tomarse las cosas demasiado rápido, ¿demasiadas no? Seguramente conoces más de una. Así que debemos de no hacernos de expectativas y ser empáticos con que las demás personas siguen sin saber que quieren de ellas mismas, y no son culpables por eso.
Las personas no son consumibles
Esta dura esta terapia. Parece que en las apps de citas, las personas son productos para consumir, que nos pueden gustar o no. Sin embargo cuando empatizamos y llegamos a conectar con el ser humano nos damos cuenta de su mera humanidad, así como con la nuestra. ¿Realmente queremos una relación o solamente estamos carentes de afecto? Respondámonos esa pregunta antes de meternos de lleno a una relación y afectar a terceros con nuestros traumas, inseguridades y miedos, porque la culpa no es de ellos.
Definitivamente no hay una respuesta para solucionar el tema afectivo en el siglo XXI, mucho menos con todos los distractores que existen hoy. Las redes sociales, el cultivo al ego, la soledad, la apatía, la pandemia, sin duda, son épocas difíciles para conectar con otro ser humano a niveles emocionales profundos. Sin embargo, aquí estamos intentándolo, porque sin eso, pereceremos.
