Cada vez tenemos menos sexo

Hoy en día, y sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que vivimos en una época bastante generosa y más benevolente que las pasadas, en todo lo que respecta a libertad sexual, identidad de género o simplemente a contar con la confianza de entrar en un discurso acerca de lo que siente uno con su sexualidad. Se habla en las escuelas, en los medios de comunicación y en las familias cada vez ha dejado de ser un tema que causa escozor o taboo. Lo que ha causado una revolución sexual en todos los sentidos, un evento que asemeja a lo que se vivió en los 60’as con el free love y a movimientos parecidos en décadas posteriores.

Sin embargo con la tecnología tan permeada en nuestras vidas, junto con las redes sociales y la inmediatez de la información hemos sufrido un impacto peculiar que ha detonado un deterioro ya conocido en nuestras relaciones interpersonales y que, era de esperarse, culminara en las sexuales y las de índole más íntimas.

Identificamos una causa, y si le entramos duro y a la cabeza, podemos concluir que una de ellas es que muchos individuos desarrollan una adicción importante a la pornografía. El consumo de este contenido puede llegar a suplantar por completo el apetito sexual de quien lo consume dejando de lado una interacción real con su pareja, dejando de lado sentimientos, empatía y una relación sana honesta y duradera; concentrándose únicamente en satisfacer únicamente los deseos personales.

También podemos mencionar las largas horas de trabajo, por lo general la rutina y el no salir de la zona de confort llega a provocar estrés y fatiga que terminan por cercenar el libido y el apetito sexual. Estos son males típicos de nuestra era ya que estamos muy acostumbrados y a veces acomodados a tener estos tipos de rutinas ya que nos funcionan para pasar los días sin enfrentar nuestras problemáticas diarias que nos atañen y los verdaderos embrollos personales que nos consumen día a día.

Por último y no menos importante nos topamos con la salud mental. Este departamento es quizás uno de los relevantes y el que engloba quizás la mayoría de los ya mencionados y de los que puedas investigar en internet, a continuación describiremos como se desarrolla. 

En nuestra sociedad estamos sujetos a diferentes presiones, a veces nos encajamos en los arquetipos que imponen la sociedad o incluso en los que nosotros mismos nos hacemos creer. Queremos ser los mejores, los más altos, los más guapos, los más ricos, los machos alfa, los proveedores y los líderes de la manada, sin embargo cuando uno de esas “características” nos fallan nos sentimos chiquitos, emasculados o que no somos suficientes para cumplir dentro de una relación o dentro de un entorno familiar o en cualquier ambiente en general. 

Después de hablar de las causas, ahora podemos hacer un breve listado de las cosas que podemos hacer para romper el ciclo y tener una vida sexual saludable. Toma en cuenta la que más te acomode a tu situación actual y no olvides, si es tu caso, seguir las recomendaciones de un profesional, ya que en la mayoría de los casos siempre una persona capacitada será la indicada para hacer las indicaciones pertinentes.

Practica la empatía con tu pareja, retoma la comunicación con ella/el. ¿Hace cuánto que no hablabas de este tema? Hace mucho tiempo seguro, escucha lo que tiene que decir y seguro te sorprenderás. Con mucho entendimiento y amor de por medio aseguramos que en sus próximos encuentros tendrán mucha más conciencia de los sentimientos del otro.

Por último, recomendamos de manera importante la terapia psicológica. Este departamento ha avanzado pasos agigantados y ha ayudado a millones de personas a superar sus problemas en todos los aspectos personales. La sexualidad está conectada a todos los aspectos de la personalidad y es importante atacar cualquier detalle que la esté reprimiendo ya que puede ser un síntoma de un problema mayor.

Habla con un profesional, rompe el paradigma, tu salud es lo más importante y recuerda que hay muchas personas dispuestas a escucharte.