Disciplina, la clave para una vida más ligera

“Una mente disciplinada conduce a la felicidad, y una mente indisciplinada conduce al sufrimiento.”

Dalai Lama

El compromiso hacia nuestras responsabilidades siempre forma parte importante en nuestra vida cotidiana, pues es ello lo que nos permite y motiva a continuarlas, así como hacerlos con actitud. Ya sea para el día a día en el trabajo o la escuela, o cualquier otra. Sin embargo, muchas personas tiene ciertas debilidades cuando de incursionar nuevas responsabilidades o compromisos se trata. Es en este punto en el que la disciplina —o falta de ella— entra en juego. La RAE define a la disciplina como la doctrina o instrucción de una persona, especialmente en lo moral. Es decir, el comportamiento de apego hacia ciertas reglas de seguimiento de ideologías o actividades. Cuando se intenta entrar en un nuevo proyecto laboral, académico o personal, se necesita de esta grande cualidad, pues es la que nos va a posibilitar realizarlo con un buen desarrollo, en tiempos y formas, ya sea para comenzar a hacer ejercicio, practicar un deporte,  aprender un nuevo idioma, tocar un instrumento, etc.

Algunas de las estrategias que facilitan el desarrollo de la disciplina pueden ser las siguientes:

Empezar siendo disciplinado con pequeñas acciones. Cuando nos comprometemos paulatinamente a responsabilidades, puede llegar a ser más fácil sobrellevarlas. Ya sea con fijar un listado de tareas, un cronograma del orden en el que las harás o jerarquizarlas, ya es un gran avance para poder comprometerse. 

No postergues tus objetivos. Muchas veces, la procrastinación es uno de los factores que más afecta al sentido de responsabilidad y disciplina, comenzar a evitarla sin duda facilitará muchas cosas en el día a día. 

Pon orden y rutina. Si bien muchas veces ya tenemos un panorama mental de todo lo que debemos realizar durante el día, fijar tiempos y horarios va a permitir tener un mayor control de lo que queremos realizar, así, incluso podrías librar tiempos para tí mismo y tu recreación. Un cronograma bien estructurado puede influir mucho en cómo realizamos nuestras actividades, así como a la introducción de otras nuevas. 

Subdivide tu reto en pequeños premios. Recuerda que la motivación es importante, pues permite tener un buen ánimo en el desarrollo de tu proyecto. Ponerse pequeñas metas y premiarlas al concluirlas, es un incentivo mental que te animará a continuar adelante.